Además de los libros con gatos, uno de mis géneros preferidos desde la adolescencia ha sido y sigue siendo la ciencia ficción.
Tengo algunas novelas, también colecciones incompletas, recopilaciones, etc. que leí hace muchos, muchos años y de los que apenas recuerdo las historias. Por ese motivo he comenzado a releerlos para comprobar si algunas de las predicciones que sus autores se inventaron en el siglo pasado se están cumpliendo o hay posibilidades de que sucedan.
Ya he leído algunas novelas cortas que iré compartiendo en el blog.
Comienzo con Cadete del espacio, de Alex Towers, publicado en 1985.
La historia en sí es bastante básica y llena de estereotipos y tópicos, vista desde el año actual, 2024.
La Tierra representa al Orden Estelar y "controla" varios planetas. No todos, pues los territorios más lejanos hacen y deshacen a su antojo, sin respetar las normas, pero siempre queriendo aprovecharse de posibles "subvenciones" del Orden Estelar por el que sienten cierto nivel de respeto.
Los
personajes principales son el Capitán Walaunt Holt y el Sargento
Horace, única tripulación de un patrullero de vigilancia periférica. Más
adelante, aparece el que da título a la novela Cadete del espacio quien, para salvar su vida, se hace pasar por el Coronel Korelle, tripulante de una nave escuela que ha sufrido un accidente.
Tras un problema en el planeta Perfidia, el capitán y su sargento son "castigados" con un viaje interestelar al planeta Byca ya que se ha recibido un mensaje de uno de sus gobernantes con un texto no muy legible. A su llegada, comienza el nudo de la novela y un desenlace feliz, como no podría ser de otra manera.
No comentaré nada más al respecto por si en alguna ocasión te encuentras con Cadete del espacio en alguna librería de viejo o en una biblioteca. En mi opinión no es una obra grandiosa, tampoco creo que su autor Alex Towers lo pretendiera; pero sí que entretiene. Comprobarás que nada de la tecnología que describe está disponible en 2024, ni naves que viajan más allá del espacio conocido, ni comunicación. Por lo demás, en lo que respecta a los conflictos entre humanos o similares, desavenencias, perversiones, tráfico de personas (o seres más o menos inteligentes, según nuestro baremo actual), tráfico de armas, tráfico de influencias, política nefasta, empoderamiento femenino, intrigas "palaciegas", etc., bien podría ser entre diferentes países del actual planeta Tierra.
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