La sonrisa internacional va sobre políticos, la guerra y encontrar una solución para evitarla.
Se plantea una guerra entre Rusia y el Reino unido como consecuencia de un error por parte del Primer Ministro inglés en la lectura de un discurso.
Antes y durante este hecho, se descubre en Inglaterra una sustancia que hace feliz a quien se le suministra. No importa si a la persona le suceden cosas malas o buenas, desgracias, desastres, etc., porque siempre sonríe, siempre es feliz y no se toma en serio ningún acontecimiento adverso. La llaman polianamina y será lo que evite la guerra.
Claro está que se les fue de las manos. Al final, descubren que no es necesario tomarla ya que es contagiosa por lo que todos, en ambos países, pasan de todo y se limitan a reír. Al menos, ha evitado la tan temida guerra.
Nos quedamos con las ganas de saber si la polianamina exterminará a los seres humanos ya que, a fecha de hoy, sabemos que un estado de felicidad absoluta puede ser perjudicial para la salud. Esto lo leí en algún artículo del que no recuerdo su procedencia, aunque sí que hablaba sobre algo relacionado con, creo, las hormonas, y que estar siempre feliz podría desencadenar un desajuste y enfermarnos. Si algún día lo encuentro, seguro que me acordaré de La sonrisa internacional y vendré aquí para añadirlo porque me parece muy interesante.
Este relato está incluido en el libro de Ciencia ficción 18 que estoy leyendo y comentando en el blog.
La sonrisa internacional (1963)
Número 18
Brian Aldiss (Derehan, Reino Unido. 1925/2017) colabora aquí con La sonrisa internacional.
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