Un mini bolso no apto para el siglo XXI

Hace algo así  como unos  40 años, tenía yo un bolsito de cuero azul  que   se colgaba   del cuello haciendo también de collar, y en el que llevaba lo justo y necesario: unas monedas (duros y pesetas), un pañuelo de tela, las llaves de casa y el portal, y el D.N.I. (tengo foto de baja calidad ya, debido al paso del tiempo)

Unos meses atrás, le vi uno muy parecido a una "influencer" y me lo trajo a la memoria, haciéndome pensar qué ha pasado en estos años para que necesitemos un bolso que parece una maleta...

Total que, dándole vueltas a este asunto de tamaño de mini bolsos, poco después descubrí esta monería en el córner de Parfois de El Corte Inglés de Gijón. ¡Es que no lo dudé ni un instante! Lo compré. La pena que no lo tenían en blanco o en negro, colores que van con todo.

Al llegar a casa, entré en la web de la marca y no pude encontrarlo, ni el que compré ni otro parecido. Así que me alegro por mí misma de no haberlo dejado allí, esperando que lo trajeran en otros colores.

¿A que parece que es totalmente inútil hoy en día este bolso mini? Pues pienso sacarle partido. Tiene espacio para llaves, D.N.I., un par de pañuelos de papel, dinero, caramelos y alguna cosita más.

La correa original no terminaba de gustarme por parecerme muy ancha y poco acorde con el tamaño del bolso; así que he comprado otra que le va mejor, más fina y más estilo collar.

Y esta es mi reflexión. Las cosas cambian. Las personas cambiamos. Aunque, en esta ocasión, no podría decir que para mejor, ya que esa necesidad de un gran bolso para llevar más pertenencias nos hace dependientes de objetos que realmente no son tan necesarios, o no lo eran hace unos años.

Será cuestión de replantearse las verdaderas necesidades, lo realmente importante. El mini bolso también podría representar el hogar lleno de artículos no tan útiles como podríamos pensar. Será hora de revisar lo que nos rodea y simplificar.

Sobre este asunto compartí este libro: El arte sueco de ordenar antes de morir. Toca el título para ir a la entrada y saber más.

Texto y fotos: Etel García