Hay libros sobre los que puedes escribir mucho, hacer un resumen, comentar tus impresiones. Y hay otros de los que simplemente puedes decir que te han gustado mucho, sin más, porque te han contado casi todo lo que tú sientes y te dan pautas para salir de esa loca espiral en la que te encuentras desde hace mucho tiempo, te despiertan a la realidad sacándote de tu ensoñación para comprobar que aquella es mejor forma de vivir que esta en la que te has acomodado día tras día.
Su lenguaje es sencillo, no como otros libros de crecimiento personal que tienes que leer cada párrafo varias veces y, casi siempre, te quedas sin comprender qué te están contando.
En Serenidad en la vida cotidiana no sucede así. Se siente cercano, coloquial, claro y conciso. No son consejos los que recibimos, sino orientación hacia un cambio que, de animarnos a realizarlo, nos ayudará a crecer como personas.
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