En unos días
nos iremos un fin de semana a La casa grande del Valle, hotel rural situado en El Valle (León), muy cerca de
Ponferrada.
Parece un
sitio tranquilo en el que, a pesar de que serán solo dos días, espero me sirvan
para encontrar algunas respuestas.
Cuando hice
la reserva vi que disponían de una pequeña biblioteca y pensé en dejar en ella
un libro de la mía, uno de los breves, para que quien quisiera leerlo lo
pudiera terminar durante su corta estancia.
Al mismo
tiempo que buscaba el adecuado, decidí limpiar y colocar uno de los estantes.
Allí encontré El cuaderno de bitácora, de Ferran Ramon-Cortés.
Volví a
leerlo para dejar constancia en el blog de su existencia, su liberación y su
nuevo hogar.
Es extraño
la forma en la que la vida te pone delante, de manera inesperada, las
peguntas que llevas haciéndote desde hace un tiempo. Tal vez, al igual que los
protagonistas, este viaje me ayude a encontrar las respuestas.
Tanto para
mantener un diálogo con otra persona, como si es con uno mismo, estos son
puntos o pautas muy necesarias:
1.-
Encontrar tiempo, sin prisas, sin interrupciones, sin distracciones.
2.- Escuchar
con atención, con interés, dejando que el otro termine de exponer lo que sea
que quiere decirnos. Permaneciendo atentos a las palabras y los gestos.
3.- Estar en
contacto con los sentimientos. Los propios y los del otro, para poder entender
lo que siente, conectar para ayudar.
4.- Aceptar
sin juzgar. La comunicación necesita de aceptación, no de juicios ni críticas.
5.-
Acompañar, avanzar juntos, no dar consejos. Lo que a mí me funciona, no tiene
porqué funcionarle a otros.
Título: El cuaderno de bitácora
Autor: Ferran Ramón-Cortés
2006
Editorial RBA Libros
Páginas: 138
Nota.-
Han pasado muchos años (en 2018) desde que escribí esta entrada. Desconozco la razón por la
que no lo publiqué en su momento.
A veces me
pasa, que no es que me olvide, sino que lo voy dejando para un momento
más adecuado que pareciera no llegar nunca. Entonces, un día cualquiera, me
obligo a hacer aquello que quedó en un rincón sin tirar, sin ordenar, a medio
hacer, y, como en este caso, a publicar, aunque su momento haya pasado y no sea
novedad, solo un recuerdo que, además, me dice que todo sigue igual, que las
preguntas son las mismas y que las respuestas continúan sin ser encontradas por
ninguna parte.
Necesito volver a este lugar, ver amanecer así, no hacerme
más preguntas, y, simplemente, vivir.
Será difícil, por razones mil.
Fotos: Etel García