Este relato de Daniel Keyes me recordó una historia que me contó hace muchos años una chica con la que coincidí en la Facultad de Filología Inglesa.
Resulta que unas compañeras de clase decían por ahí que ella era más lista que el maestro. No le dio demasiada importancia ya que esas niñas eran las "tontas" de la clase, las que no eran capaces de aprender nada y suspendían todas las asignaturas, de hecho, dejaron la escuela nada más cumplir los 14 años y sin haber conseguido el título de E.G.B.
Ella pasó al Instituto y allí conoció a cerebritos, a los de 10 y matrícula de honor. Y se alegró de no haberse creído lo de que era más lista que el maestro y pertenecer a ese grupo intermedio que serían los listos, pero sin ínfulas.
Charlie Gordon, el protagonista de Flores para Algernon, pasó del estado de tonto al de eminencia y volvió al principio sin posibilidad de quedarse a mitad de camino entre unos y otros. El experimento fue un fracaso.
Charlie fue elegido para realizar la primera operación de inteligencia aumentada artificialmente. El primero no, ya que un ratón llamado Algernón, también estaba participando en la misma investigación.
Aunque al principio parecía que sería todo un éxito, el desgaste que le ocasionó a su cerebro humano aprender y asimilar tantos conocimientos de todas las materias, le hizo retroceder de golpe a sus orígenes, a su cerebro sencillo, a sus conocimientos básicos.
Por el camino de la transformación perdió amigos, su trabajo y, a pesar de que al volver a su condición de "tonto" los recuperó, en el fondo sabía que ya nada sería igual después de haber sido, durante unas semanas, un hombre tan inteligente que sobrepasó a los científicos que idearon y realizaron tan arriesgada operación.
Reflexión:
¿Se estará realizando esta cirugía en la actualidad (2025) a escondidas de la humanidad corriente?
¿En algún momento del futuro, más o menos cercano, será una realidad, algo tan normal como la cirugía estética, operarse la nariz?
Quizás a quienes conforman ese selecto grupo de humanos que dominan el mundo no les interese que se sepa que solo ellos (y sus familias) tienen acceso. Me gustaría verles el día en el que se desinfle el globo y vuelvan a ser viejos, arrugados, gruñones y tontos.
Flores para Algernón. Daniel Keyes. Publicado en 1959.
Lo leí en esta recopilación: Biblioteca de Ciencia Ficción 58
Lo puedes leer en la web de Lecturia.org: Flores para Algernon.