A Nora Ephron no le gustaba su cuello, no le gustaba tener que usar bolso, se reía de uno de sus exmaridos al que le gustaban los gatos, y un montón de cosas más que nos cuenta en esta entrega con tinte autobiográfico.
Es entretenido. No cuenta cosas excepcionales en el sentido glamuroso, sino vivencias corrientes, aunque su trabajo no estuvo exento de contactos con el lujo y el buen vivir.
Escritora, guionista, directora de cine, periodista, productora. Todo este conjunto de variopintas profesiones que debieron de hacer que su vida fuera muy activa, sociable y nada aburrida, no concuerda con lo que cuenta en No me gusta mi cuello. En serio, esta, digamos, autobiografía de pinceladas de su vida, si no supiéramos quién es ella, nos parecería una mujer normal con una profesión liberal, de personalidad sencilla, igual un poco excéntrica, no alejada de la realidad; podría ser una de esas amigas con las que se está a gusto tomando un café y charlando de la lista de la compra.
Estoy de acuerdo con ella en varias cosas y totalmente de acuerdo con el primer capítulo porque a mí tampoco me gusta mi cuello: en lugar de jerséis de cuello alto, llevo camisas y pañuelos... todo el año.
Lo encontré por casualidad en eBiblio Asturias y decidí leerlo atraída por el título, porque tiene menos de 200 páginas y he acertado. Resultó entretenido, fresco, divertido en ocasiones, y con unas vivencias peculiares, pero normales. Ha resultado ser una buena lectura.
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