Quien más, quien menos, hemos tenido algún que otro cuélebre en nuestras vidas. Lo habremos detectado a tiempo y nos hemos alejado, o no lo vimos venir y ahí seguimos, intentando librarnos de él.
Xana tardó años en darse cuenta. Tuvo que estar al borde de la muerte, volver a Bueño, abrazar a su abuela, reencontrarse con Nel y Llara, para aceptar que su cuélebre particular la estaba anulando como persona.
Cuando terminé de leer No siempre llueve en Asturias hace
tan solo unas semanas, me quedé con ganas de saber qué sería de Nel.
Sorpresa cuando descubrí en el Twitter de su autora que en poco tiempo
se publicaría Asturianos 2. Ya está leído y disfrutado también Las xanas no tienen alas.
Dos novelas románticas, con alguna que otra escena íntima, que te podrán gustar por igual o, como es mi caso, que ambas me gustan, pero más la primera. ¿La razón? La personalidad de Mina.
Te recomendaría leerlas en el orden de publicación ya que en Las xanas no tienen alas aparecen todos los personajes de No siempre llueve en Asturias y resulta más fácil meterse de lleno en la segunda historia conociéndoles.
Nota: Leído en Kindle Unlimited, 2021
Como nota interesante, decirte que Bueño existe, que es un pueblo pequeño y precioso, situado a pocos minutos de Oviedo y poco más de veinte minutos de Gijón. En Asturias, España.
Pasearlo en persona me ha ayudado a ubicar los lugares que se mencionan en las dos novelas, aunque algunos son espacios de ficción, el ambiente es el mismo: un pueblo tranquilo y guapo.
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