Hace un tiempo leí un comentario que escribía un desconocido en
relación a contarlo o no cuando la gente hace una donación.
Era bastante histriónico al respecto. Juzgaba negativamente a las personas que dicen lo que donan a organizaciones de ayuda humanitaria, asociaciones, etc. Decía de forma despectiva que eran seres egocéntricos que se sentían "felices" por dar un miserable euro para una causa. Que se veían importantes y limpiaban su conciencia por un dinero dado. No estoy de acuerdo, al menos no en su forma de expresarlo. Haberlos, habrá, pero no se puede meter a todos en el mismo saco.
Yo no me siento ni mejor ni peor. No soy ni más ni menos feliz en tal situación. Si acaso, esperando que ese dinero se invierta para lo que de verdad se pide, me hace sentir útil como parte de la solución.
No
soy de esas personas que van diciendo lo que donan; pero sé que, en
momentos puntuales, es bueno que otros sepan que has aportado dinero para
una causa porque pienso que puede alentar a imitar la acción. Tal vez me equivoque; nunca lo sabré.
Hace un año, doné dinero para comprar leche materna para un gatito abandonado recién nacido y lo dije en Twitter precisamente confiando en que quienes leyeran el comentario, se animaran a colaborar.
También al comprar estos libros usados en un centro que destina lo recaudado a asistir a personas en riesgo de exclusión social.
Mis acciones de donar las hago de forma desinteresada, con cariño, igual que puedo echar una mano a mi familia con gestiones que les cuesta resolver por ser ya mayores.
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