Robert L. Stevenson me ha hecho replantearme si viajar algún día a las islas de los mares del sur: Hawái, Tahití, Samoa, Fiyi,...
En Cuentos de los mares del sur encontramos tres historias en las que
el autor habla de política, religión, colonialismo, supersticiones,
ambición, envidia, malos entendidos, la inferioridad del género
femenino, y la supremacía del hombre blanco.
Los dos primeros: El diablillo en la botella y La isla de las voces, me
gustaron, a pesar de resultar inquietantes, macabros en ocasiones, y dar
un poco de miedo, sin acercarse a una sensación de gran terror, aunque
preocupante.
Sin embargo el tercero, titulado La costa de Falesá, que comenzó
interesante, página tras página se me hizo una lectura pesada. No voy a
culpar al escritor, tal vez mi estado de ánimo no fuera el adecuado o
que al empezar a aburrirme la historia, mis ganas por terminarlo, no por
conocer el final exactamente, me hicieron no ver la belleza de la
misma.
En fin, terminado queda y disfrutadas las dos primeras que me
sorprendieron por su imaginación o redacción certera, en el caso de
estar inspiradas en algún cuento de las islas, de esos que los nativos
ancianos narran por las noches a los jóvenes para entretener la vida
tranquila y monótona.
Título: Cuentos de los mares del sur
Autor: Robert L. Stevenson (Edimburgo, R.U. 1850-1894)
1893
Editorial Espasa Calpe
Traducción: J. L. Izquierdo Hernández
2002
Páginas: 180
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